sábado, 31 de diciembre de 2011

El Mandala del 2011

Feliz año

Muchos son los rituales que a lo largo de nuestras vidas hemos visto realizar o hemos efectuado cuando, como en este dia, damos por clausurado un año mas de nuestro paso por esta dimension. Muchas veces me he preguntado a que se debe ese empeño del ser humano en llevar cuentas, en ese ejercicio de cerrar ciclos, para abrir unos nuevos y creo que tiene que ver con ese acto de recordar el retorno de los ciclos de la naturaleza. Algunas veces me han parecido entre absurdas, ridiculas y divertidas, hasta logicas, sanas y magicas, esas practicas que cada quien, siguiendo sus tradiciones, o inventando unas nuevas, realiza al culminar el año y al aproximarse las doce de la noche del dia 31.
En mi infancia, no recuerdo otra cosa especial que se hiciera en mi casa el 31, que no fuera dormir. Mis padres eran poco sociables y menos aun, dados a esas practicas, que a su modo de pensar eran perdida de tiempo, de dinero y de sueño. Con el paso de los años, me fui viendo involucrada en estas celebraciones y llegada la adolescencia, eso de estar despierto a la medianoche del ultimo dia del año, me entusiasmaba y se me hacia cosa de gente adulta, razon por la que me motivaba mas el permanecer activa hasta esas horas. Siendo ya adulta, la cosa fue tornandose algo mas compleja y ese dia, la actividad se multiplicaba. Habia que poner en juego nuestras destrezas sociales para combinar los elementos a nuestro alcance y darle a ese cierre del año, quizas aun sin pensarlo, un significado de union, de camaraderia, de solidaridad y se incluia entonces en el festejo, cuanto elemento hubiera a nuestra disposicion. Compartiamos y repartiamos a diestra y siniestra besos, abrazos, baile, cigarros, licores, comida, emociones y en fin, el asunto era dejar salir nuestra creatividad y desahogarnos de las angustias y las tensiones que dejaba el año viejo, para salirle al encuentro al año siguiente llenos de buena energia, y en muchos casos, casi privados de la consciencia, por el efecto de lo que se consumia. Año tras año, la vida fue dejando su huella, o, sera mejor decir, fuimos dejando nuestra huella en el camino de la vida y asi, llegamos a este nuevo final donde la vida nos permite iniciar otro ciclo y nos preguntamos...que ira a ser del nuevo año?  Que sorpresas tendremos con el devenir de los dias que ya llegan?



Hoy evocando un poco todos esos ciclos transcurridos, se me ocurre que este final del 2011, podria ser el momento ideal para ahora si, de manera saludable y con nuestra mente aun sin el efecto de alterantes de nuestra consciencia, con los ojos abiertos o cerrados, podamos recorrer el 2011, dia tras dia mentalmente, como en una especie de meditacion, elaborando nuestro mandala y dandonos cuenta de que al llegar al circulo ultimo y observando desde nuestro microcosmos, hasta el circulo exterior, el del macrocosmos, podamos ir deshaciendo ese mismo mandala grano por grano, dia tras dia, dejando atras cada uno de ellos con todo lo que represento, como un ejercicio interior de despedirnos de todo cuanto esos dias contuvieron. Nuestras alegrias y nuestras tristezas, los dias de angustias y de preocupacion, los de calma y sosiego. Los momentos de dolor y sufrimiento, junto con los placenteros y agradables. Despedir a los seres que nos acompañaron y que ya no estan por las razones que sea y despedirnos de nuestras emociones positivas y negativas. Dejar atras los rencores y resentimientos, tanto como las horas de jubilo y de regocijo. Y finalmente, al deshacer el ultimo dia, con los ojos bien abiertos y nuestra mente completamente alerta, nos encontremos con un espacio en blanco para ser llenado de la forma que mejor nos resulte posible, permitiendonos pensar en todas las posibilidades infinitas de crecimiento humano que llegan con el nuevo año. Que luego podamos visualizar la magia de los colores en los dias venideros, para que podamos iluminar esas posibles zonas oscuras que sin duda encontraremos y que la sabiduria brote de nuestro interior, para que el nuevo año sea un mandala nuevo que diseñemos con lo mejor que tengamos dentro de nosotros mismos.

Ruego porque no abandonemos el sentido del humor a la hora de enfrentarnos a los dias sombreados, que el conocimiento que hemos adquirido nos permita comprender que de la luz a la sombra hay tanto que recorrer, como de la sombra a la luz y que ese arco iris multicolor en el que se transforme nuestro nuevo año, al finalizar el conteo el proximo diciembre, nos reuna de nuevo y nos convoque para compartir nuevos aprendizajes.



Y ahora si.....que se enciendan las luces, la musica y se prepare el vestido de la noche. Propongo que compartamos e inventemos nuevos rituales para recibir con alegria el 2012 y que despidamos con todos los honores, este 2011, que de seguro no ha sido facil para nadie. Llego la hora de comprar las uvas, de preparar la ropa interior amarilla, de alistar la maleta para salir corriendo alrededor de la cuadra, de echar el huevo en el vaso de agua, de sacar la escoba nueva, de instalar la mata de sabila en el lugar apropiado, de encender las velas blanca, morada y amarilla, de prenderle la veladora a San Judas (el santo de lo imposible) o poner de cabeza a San Antonio (el que le consigue pareja a los que no la tienen). Llego la hora de rociar con agua bendita la casa, de bañarse con agua de canela; la hora de ensartarle un alfiler al billete de mayor denominacion y demas practicas que nos alegran la noche del año viejo.
Aqui va el ritual que yo propongo:  faltando cinco pa las doce, en vez de correr a la casa a besar a mi mama, apagar la musica, apagar la luz, cerrar los ojos y.....no, nada de dormirse. Meditar en silencio por esos minutos abrazarnos a nosotros mismos, abrazar nuestros dolores, nuestros problemas y prometerles que pondremos nuestro empeño en resolverlos, en querernos mas y en perdonarnos por las equivocaciones cometidas y a cambio, abrazar el aprendizaje que hemos obtenido de nuestras equivocaciones. Abrir los ojos, prender las luces, colocarnos de espalda a una ventana y tirar hacia afuera y sin voltearnos, doce monedas, una por cada mes del año, luego, rapidamente despachar las doce uvas y para finalizar, abrazar a doce pesonas y desearles todo lo mejor que podamos. De ahi en adelante...corre por cuenta del anfitrion.....FELIZ AÑO para toda la muzulmanidad!!!!!



Y para finalizar, estas joyas de antaño, que con seguridad nos pondran en contacto con nuestras emociones....Salud y bienestar!!!!

 




Perdon por no colocar el tradicional, pero este corto video me parecio interesante

martes, 13 de diciembre de 2011

Llego Diciembre con su alegria!!!!



“Llego Diciembre con su alegria, mes de parranda y animacion...”  Quien de nosotros no recuerda las epocas decembrinas en el barrio de nuestra infancia????  La cosa se prendia con los faroles y las velitas. Ni mencionemos la quema de llantas, que contribuia sin que lo supieramos en ese entonces, a la contaminacion ambiental. Luego los dias parecian no correr rapido, mientras en cada casa se desempolvaba la caja que contenia los muñecos del pesebre y se conseguia el musgo, la lama, los quiches, que tambien en esa epoca, era muy natural arrancarlos de los montes aledaños. No eramos conscientes del proceso de deforestacion y del daño ecologico que se hacia, pero lo cierto es que aparecian por la epoca los vendedores de costalados de musgo, que con este rebusque, se hacian a su Navidad. 




Poco a poco en las casa se decidia cual era el rincon para armar el pesebre, y finalmente surgian las ideas sobre como hacer las casitas, donde colocar el lago, donde el pesebre con el burro y el buey, San Jose y la Virgen, por donde debian llegar los Reyes Magos y en fin, el trabajo de armada del pesebre, al menos en mi casa, no concluia hasta que se acababan las vacaciones, ya muy entrado el mes de enero, cuando se recogia el mugrero que quedaba con el musgo reseco y las casas de carton desvencijadas o definitivamente destrozadas, despues de tanto trastearlas de un lado a otro durante todo el mes. Todos los dias, alguno de nosotros tenia una mejor idea de donde ubicar cada figura, y en ocasiones, estas decisiones eran causantes tambien de conflictos familiares; pero aun  asi, nos entreteniamos largas horas cambiandole la cara a nuestro pesebre, unas veces con luces, otras con papel cristal y espejos que en nuestras manos se convertian en cascadas y manantiales, o en lagos fantasticos donde reposaban disfrutando el panorama, cisnes de plastico multicolores y otros animales que en medio de nuestros pesebres lucian muy bien, sin que repararamos para nada en si sus tamaños correspondian o no a las escalas normales, al igual que la figura del Niño Dios, que en ocasiones podia llegar a ser el doble y hasta el triple del tamaño de la Virgen o de San Jose.  Los camellos y elefantes, ovejas, burros y perros, gatos y pollos, todos convivian en paz en esos pesebres fabulosos que deleitaban nuestras tardes de vacaciones decembrinas.


Pero los farolitos y las velitas y la armada del pesebre, no eran todo; luego venian las famosas e inolvidables novenas bailables!!!!  Fue en esas novenitas, donde inocentemente fuimos aprendiendo a dar nuestros primeros pasos de baile entre machacones y resbalones, tomados de la mano de nuestro parejo de turno.  Las novenas se iniciaban obviamente con la rezada de la Novena, la cantada de villancicos, con un repertorio maravilloso de canciones que entonabamos sin entender muchas veces algunas de sus mismas letras y estribillos, pero que todos al son de panderetas, maracas o cualquier tapa de olla que pudiera hacer ruido, se transformaban en instrumentos acompañantes y asi se daba por concluida la primera parte del programa de cada noche.



A continuacion, se repartian algunos comestibles, que cada familia se esmeraba en preparar para ofrecer a los asistentes (no puedo dejar de pensar en los que para mi eran "manjares", como las galletas Saltinas con mantequilla y mermelada de mora!!!) y una vez satisfecha el hambre de alguna manera, se daba inicio al bailoteo, que podria durar hasta las once, la medianoche y hasta mas, dependiendo del nivel de tolerancia al ruido del dueño de casa.
De esta manera, pasabamos del 16 de diciembre al 24, esperando dia tras dia para saber donde iba a ser la novena de la noche y confiando en que nuestro comportamiento en casa hubiera sido lo suficientemente aceptable, para que en la tardecita, nuestros padres nos dieran el permiso de asistir.  Apostabamos los Aguinaldos y entre novena y novena, el Si y el No,  Pajita en boca, y tantos mas, muchos romances se fueron fraguando y surgieron los primeros besos y las primeras cogidas de mano, entre las melodias de los Corraleros de Majagual, Los Melodicos y todos esos grupos que ya se me enredan en la memoria.




Esos dias pasaban demasiado rapido. Se que muchos hubieramos deseado que la novena durara todas las vacaciones!!!! Pero eran tan solo unos dias.  Luego venia la Nochebuena y era la que todos esperabamos con mas ansiedad. En las casas se preparaban comidas especiales, buñuelos, natilla, empanadas, postres, y un sinnumero de platos que no eran los de todos los dias.


Familia Berrio y vecinos Diciembre 25


Llegaba por fin el dia 25 y ese era el dia de salir estrenando los atuendos recibidos en la noche anterior. Era el dia esperado para salir a compartir con los amigos del vecindario los regalitos que recibiamos y ese desfile matutuino de los 25 de diciembre, para mi gusto, no es comparable con esos majestuosos desfiles y paradas que organizan en ciudades grandes como New York, haciendo grandes derroches de todo. No, alli en el barrio, el derroche era de inocencia, de alegria, de fraternidad.  Compartiamos nuestros muchos o pocos juguetes con los vecinos y esas mañanas quedaron en mi memoria y se que en muchas de las de mis amigos muzulmanes, como de las mejores de la vida.  En las tardes, algun paseo habia planeado, fuera a visitar amigos o parientes, o a alguno de esos clasicos lugares donde se podia llevar la olla con las papas saladas y demas ingredientes del almuerzo del dia.




Los dias siguientes eran la prolongacion de esa alegria y la esperada del fin de año. Todos ellos, acompañados del olor y el sonido de la polvora, los triquitraques, buscaniguas, totes, volcanes, luces de bengala y demas cohetes y voladores, que ocasionaron tambien muchas lagrimas. De esta parte quisiera olvidarme, pero vale la pena tambien recordarla. 




Y finalmente llegaba el 31, el dia de reunirse con amigos y familia, de seguir todas esas tradiciones que generaban jubilo y solidaridad entre vecinos, y cercania en la familia medio dispersa, que en esas ocasiones se reunia. No habia tantas costumbres importadas y mas bien se trataba de inventar situaciones para estar contentos y recibir el nuevo año llenos de optimismo y esperanzas renovadas. 




Pasado el 31 y despues de las correspondientes trasnochadas y resacas de algunos cuantos de nuestros progenitores y uno que otro de los mas audaces adolescentes que a escondidas o con permiso de sus padres se pasaba de vinos, el 1o. de Enero era un dia de mas comida rica, de mas descanso, con esos veranos bogotanos que tal parece dejaron de existir.  Habia forma de salir a algun sitio a pasar la tarde y poco a poco se iba regresando a la rutina del nuevo año. Quedaba aun el ultimo evento, el de los Reyes Magos, que no pasaba a ser mas que una celebracion religiosa, y si mi memoria no me falla, para ese dia habia una procesion, que desde luego uno disfrutaba. 




Las vacaciones lentamente iban tocando a su fin, mientras uno poco a poco iba desarmando el pesebre, guardando las imagenes cuidadosamente protegidas y apiladas dentro de la caja correspondiente, ayudando a botar el musgo viejo y aceptando que por un año mas habria que esperar la llegada de la siguiente Navidad.





Hoy recuerdo, no sin nostalgia, esos dias maravillosos, mientras me dispongo a convertir los presentes en dias de regocijo y alegria con quienes puedan estar a mi alrededor. Deseo para todos mis amigos muzulmanes un mes de tranquilidad,  lleno de alegria y de reflexion para iniciar con buenos proyectos el proximo año y una feliz e inolvidable Navidad!!!!





viernes, 2 de diciembre de 2011

Adios al temible Noviembre!!!


No sé si algunos de ustedes, como yo, sientan especial afecto por cierto(s) meses del año. ¿Acaso será el de nuestro cumpleaños?  ¿Los de las vacaciones? 
Pero....cuántos de ustedes han sentido alguna vez, una especie de aversión por el temible mes de Noviembre?  Yo soy una de ellas! Afortunadamente, en este mismo mes celebro el cumpleaños de personas muy queridas, lo cual ayuda a que se contrarreste el desamor que a lo largo de los años sentí por este penúltimo mes del año. No dejo de pensar en esos recuerdos que hasta hace algún tiempo todavía me perseguían al empezar a correr este mes, que se inicia con la celebración del día de los muertos y el de todos los santos.


Ahora que lo pienso mejor, creo que tenían razón en colocarse juntas esas fiestas, ya que por un lado se recordaba absolutamente  a todos los personajes del santoral, que eran invocados durante este calamitoso mes más que en ningún otro, y por otro lado, estábamos en vela, como almas en pena, no los santos difuntos, sino los vivos, pero muertos de miedo, como yo, que temíamos lo que durante este mes ocurriría.

¿No les pasaba a algunos de ustedes, que a medida que se aproximaban los exámenes finales en Noviembre y ante esas durísimas pruebas que verificaban nuestro aprovechamiento académico, la sangre se les iba como congelando del pánico, y el pulso y el corazón cambiaban su ritmo normal?  La razón era debido a que pronto se corroboraría que el año se nos había ido entre fantasías, sueños, recochas y juego y mas bien poco de tareas!


Sé que algunos de ustedes no estarán de acuerdo conmigo, porque no sufrían de este mismo mal. Muchos, eran sin duda, los que por el contrario, hacían parte del grupo de los condecorados, los que salían con la frente en alto ese último día, el de la clausura de clases, con un enorme diploma o mención de honor en la mano y cuántos incluso, con una medallita colgando de la solapa del uniforme. Ese no era mi caso! Fueron pocas las veces en que con temblor en las piernas tuve que pasar al frente de todo el colegio, y parada ahí al lado de la bandera de Colombia, aceptar ese honor de la medallita que me produjo siempre algunas complicaciones. 



No fue nada fácil olvidar esos Noviembres con sus noches de desvelo, tratando de ponerme al día con los conocimientos no logrados durante los restantes meses, para hacer quizás el único y último intento serio de pasar las materias, antes de que se pusiera en evidencia mi negligencia y mi desgano por esas tediosas clases que me producían mas sueño y cansancio que interés auténtico por el conocimiento que, afortunadamente, posteriormente floreció por obra y gracia de algunos buenos maestros a quienes doy las gracias y los respectivos créditos. No fueron en vano tampoco esos días transcurridos entre angustias y avatares. Pese a todos ellos, la suerte pareció favorecerme y casi sin enterarme, un buen día, sentí que me desalojaban de un empellón de las aulas del colegio, donde transcurrieron quizás los mejores años de mi infancia y adolescencia.



Inevitablemente, hacia finales de cada Noviembre, las preguntas eran mas o menos las mismas: ¿Pasaría el año? ¿Tendría que habilitar alguna material?  ¿Mis compinches también serian aprobadas y podríamos continuar juntas el año siguiente? Hubo, desde luego, muchos golpes de pecho, arrepentimientos y buenos propósitos con promesas para el año siguiente, que poco se cumplieron, pero ante tales vicisitudes y el apremiante momento de la entrega de calificaciones, no había otro remedio que encomendarse a todos los santos, prometer lo que resultara más convincente y desde luego, presentar un comportamiento intachable en esos últimos días, tanto en la casa como en el colegio.  



Esas buenas imágenes de las últimas semanas, podrían contar a la hora del balance final. Padres y maestros tendrían fresco el recuerdo de nuestros últimos días de clase y quizás, ese comportamiento fuera tenido en cuenta, para borrar algo del rosario de quejas que nos habían acumulado durante los meses pasados. Esos finales del agonizante mes de Noviembre eran tan lánguidos como nuestros ánimos. Presentíamos lo peor y ya era demasiado tarde para dar marcha atrás al calendario. Había que estar preparados para lo peor. Aquellas eran noches de angustia, de pesadillas y hasta de insomnio.Teníamos que recurrir también a los préstamos de último momento de los cuadernos ajenos con los apuntes al día, para lograr llegar a los exámenes finales con el cerebro un poco más entrenado. Ahí sí seguíamos cuanto consejo escuchábamos. Levantarse a estudiar a las tres o cuatro de la mañana, lo que no habíamos hecho en uno solo de los días pasados. Poner papelitos debajo de la almohada con esas fórmulas matemáticas que no lograban quedarse en nuestra cabeza, con la idea de que los buenos espíritus nos apoyaran y nos iluminaran al día siguiente, o que alguno de esos métodos hipnopédicos, finalmente funcionaran. En última instancia, confesémoslo, había que recurrir también a los sopletes. No eran fáciles esos días finales del mes de Noviembre.



Hoy en esta nueva etapa de mi vida, la llamada madurez, por fin puedo sentir ese alivio de no tener que prepararme más para alguna prueba académica u otro examen que no sean los médicos de rigor propios para esta edad y que los aprendizajes nuevos, aunque también difíciles, vienen acompañados de una actitud más serena y adulta, y ese manual de instrucciones que hemos ido acumulando con los años y las experiencias vividas, nos permiten sobrevivir día a día, disfrutando todo lo que la vida nos regala con cada nuevo amanecer.  
Quedaron lejos los nefastos Noviembres con sus entregas de notas y esos temores por los resultados, que sentíamos como la crónica de una muerte anunciada, aunque hoy sigo dando gracias, de todos modos, por esos angustiosos días que, aunque dejaron muchos sinsabores, también nos proporcionaron, como quiera que haya sido, bases sólidas para enfrentarnos a lo que siguió.
Adios Noviembres de terror....por y para siempre!!!!